En los municipios de Güicán de la Sierra y El Espino no se habla de otra cosa que del feminicidio que se registró la madrugada del lunes pasado en una vivienda a cinco minutos del casco urbano de Güicán, hasta donde llegó Yeferson Fabián Manrique Lizarazo, la expareja de María Edilsa Muñoz Siachoque y le causó varias heridas con arma blanca que terminaron con su vida en la misma cama en la que la mujer de 41 años dormía.
Los hechos se conocieron luego de que el mismo asesino, de apenas 23 años informara a la línea 123, que había cometido el homicidio de su expareja sentimental, manifestando que él ya se encontraba en la vereda Salinitas del municipio El Espino, que se iba a entregar a las autoridades y les dio detalles sobre el sitio en el que podían hallar el cadáver de su expareja en la vereda El Calvario del municipio de Güicán.
La Policía de El Espino dio alerta de inmediato a los uniformados en Güicán y estos llegaron hasta el sitio conocido como Villa Nevada a la casa de don Oswaldo donde vivía desde hacía cuatro meses la mujer y al ingresar a su habitación, encontraron el cuerpo sin vida, con varias heridas de arma blanca, incluida una en el cuello.
Crónica de una muerte anunciada
Yeferson Fabián, registra antecedentes penales, precisamente una denuncia del 20 de julio pasado ante la Fiscalía 22 local del municipio del Cocuy por el delito de lesiones personales contra María Edilsa Muñoz Siachoque.
La mujer era madre de cuatro hijos: una mujer de 24 años, un joven de 22, otro de 19 y una niña de 16 años, trabajaba en labores del campo y por estos días la tenían contratada para ver de un ganado en la vereda San Ignacio de Güicán.
“El domingo pasado María Edilsa había asistido a una fiesta, el cumpleaños del profesor Héctor Puentes que vive en Güicán, en el sector Villa Nueva a unos 10 minutos del casco urbano. Compartió toda la fiesta, bailó y tomó bastante, estaba muy feliz”, dijo una persona que estuvo en la fiesta.
Salió de allí ya a la madrugada y se hizo acompañar por un joven con el que caminaron hasta la casa en la que ella vivía. Al parecer su expareja decidió seguirlos y minutos después de ella haber llegado a su hogar, ingresar para perpetrar el hecho.
“Ojalá y el asesinato de mi madre pueda servir a otras mujeres que están pasando por la misma situación, para que eviten, para que le pongan fin a esas relaciones tóxicas, para que no se metan con chinos locos como en este caso lo hizo mi madre que tenía 41 años, con ese tipo de 21 años”, dijo Luis, el segundo de los cuatro hijos de María Edilsa y quien ayer justo cuando cumplió sus 22 años, en vez de celebrarlos con ella, tuvo fue que darle el último adiós.
Según dicen en El Espino, Yeferson Fabián Manrique Lizarazo, se crio con su abuelita y con ella vivía en el pueblo. Siempre ha sido un joven problema, tomaba mucho y hasta había caído en el consumo de las drogas desde hacía ya un tiempo. A pesar de la gravedad de los hechos, este joven de 21 años tendrá una rebaja en su pena por haberse entregado y por haber colaborado con la justicia al informar lo que hizo y podría pagar entre 25 y 40 años de prisión.
“La verdad no sé cuándo había entablado la relación con ese desadaptado, pero cuando me enteré de inmediato le recriminé a mi mamá el tema, porque a mí ese tipo jamás me dio buena espina, es que en Güicán todo el mundo conoce la calaña de persona que es”, dijo el hijo de María Edilsa.
Aseguró además que su mamá, quien era la penúltima de 10 hermanos, vivía con la hija menor, pero que preciso este fin de semana la joven se había ido a Bogotá a visitar a la abuelita, que su hermana mayor vive en Güicán, pero en otra casa y que su otro hermano está en la Policía prestando servicio.
“Yo vivo en Bogotá y recientemente nos habíamos enterado que el loco ese le pegaba a mi mamá, ella no tenía quién la defendiera y acudió a las autoridades, pero nadie hizo lo suficiente. En la Comisaría de Familia y en Fiscalía a donde acudió la pusieron fue a dar vueltas y según me dijo ni le creyeron la magnitud del problema y hasta le dijeron que mejor recibiera la plata que le estaba dando Yeferson Fabián en medio del proceso por la denuncia que ella le había interpuesto para que la dejara en paz, pero obviamente ella no le aceptó dinero, porque mi madre lo que quería era que la dejara en paz, que no se le volviera a acercar ya que la acosaba y hasta le había pegado”, explicó Luis Muñoz.
El segundo de los hijos de la mujer de 41 años, quien fue madre soltera, aseguró que por lo que lograron averiguar la relación entre ella y su hoy asesino la habían entablado hacía más de un año a las escondidas y que cuando ellos (los hijos) se entraron fue porque le pegó y que a pesar de buscar ayuda, todas las autoridades la dejaron sola.
“Habíamos pedido incluso a la Policía, donde mi hermano presta servicio, le permitieran el traslado desde el Putumayo, donde lo tienen, a Güicán, para que él estuviera pendiente en el pueblo, pero tampoco nos respondieron nada. Acudió a la comisaría de familia, a la inspección de Policía, a la Fiscalía y nadie hizo nada, permitieron que ese desgraciado la asesinara”, recalcó el joven quien hoy lo que reclama es justicia, la máxima pena para Yeferson Fabián Manrique Lizarazo.
Fuente, BOYACÁ 7 DÍAS
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