Un grupo del Comando Jungla, del cual el sargento fue instructor, llegó hasta su finca en Salento, Quindío, para rendirle un homenaje. Luego, fue llevado hacia la Clínica de Occidente, en Armenia, donde se le practicó la eutanasia
Por última vez, a las 8 de la mañana de este lunes, el sargento (r) Gilberto Ávila Llano salió de su finca, en el caserío de Boquía, en Salento, Quindío, a donde llegó un grupo de hombres Jungla, un cuerpo élite de la Policía Nacional, para rendirle un homenaje conformando un pasillo de honor.
“Te damos gracias Señor, al bendecir este grupo de comandos, convirtiéndolos en una fuerza élite, puestos en la tierra con sabiduría y fortaleza, deseando siempre la victoria, danos la prudencia, tranquilidad y seguridad para vences al enemigo oculto, peligroso y mortal…”, dijeron los agentes al unísono.
Ávila, que usó el uniforme del Comando Jungla, también se dirigió a sus excompañeros, muchos de los cuales fueron instruidos por él, con estas palabras: “A todos les pido unidad, valentía y honestidad; valentía con respeto, porque ellos (los ciudadanos) están esperando quién los defienda”. Luego, recibió a sus familiares y amigos personalmente en su casa para darles un último adiós, y se dirigió acompañado de una caravana hacia la Clínica de Occidente, en Armenia, en donde un equipo de especialistas lo recibió para realizarle la eutanasia.
En la puerta de aquel centro médico fue despedido por sus seres queridos más cercanos, mientras dejaba escapar unas lágrimas antes de entrar. A las 10 de la mañana de este lunes 26 de septiembre, Gilberto Ávila Llano dejó definitivamente este mundo. Ahora, será cremado y sus cenizas serán enterradas junto al palo de guayabo en donde solía alimentar a los pájaros que se acercaban.
El pasado sábado, 35 uniformados de la Dirección de Antinarcóticos, que pertenece al Comando Jungla, le rindieron un homenaje al general Ávila al conocer la decisión que tomó de tener una muerte digna.
De esta forma, Gilberto Ávila se convirtió en el tercer colombiano en recibir la eutanasia a sus 59 años. En 1981 entró a la Policía, y desde los años 90 conformó los grupos Élite de la institución, teniendo la oportunidad de participar y dirigir operativos que terminaron con la baja de criminales como Raúl Reyes o Pablo Escobar, entre otros. También fue instructor de los comandos Jungla.
El general retirado solicitó el pasado 21 de abril de este año (2022) poder acceder a la eutanasia, luego de tres años de haberle dado vueltas a esta importante decisión y por cuenta de un Parkinson juvenil que sufre hace 16 años, según él, a causa del glifosato.
Ávila trabajó desde 1987 en la Dirección Antinarcóticos con fin de luchar contra el narcotráfico, implementando la aspersión en diferentes áreas de este herbicida a los cultivos ilícitos en diferentes zonas de Colombia.
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