Como era de esperarse los yopaleños se han volcado a las calles y en todos los escenarios donde la candidata Marisela Duarte, llega para explicar las razones por las que aceptó el reto de ser la primera gobernadora de Casanare.
La respuesta de la gente es la compensación y el agradecimiento por las buenas obras en la capital, realizadas en los ocho años del gobierno del Centro Democrático. Una ciudad que ha visto el desarrollo en las 7 comunas, cuyos habitantes se han beneficiado de grandes inversiones de infraestructura, servicios públicos y pavimentación.
Basta hablar con las personas que voluntariamente llegan a donde se presenta Marisela para sentir que esos abrazos son honestos; la gente en la calle, la califica de ser sencilla, noble, confiable y con principios.
Los yopaleños, no quieren repetir la historia de ingobernabilidad y los escándalos de corrupción, poniéndolo en manos de quienes representan la deplorable clase política que tanto daño le hizo a Casanare y que disfrazados de cambio se quieren apoderar de nuevo de los recursos para frenar el desarrollo del departamento.
Esta vez, poniendo al frente del gobierno a Marisela Duarte, se rompen los esquemas tradicionales donde la mujer era relegada a oficios menores o máximo con oportunidades de ocupar algún importante cargo público. Es la oportunidad para continuar sacando adelante los destinos del departamento.
Lo que se sabe hasta hoy es que los traking diarios, y mediciones que manejan varias campañas, revelan que el repunte de Marisela llegó, y podría dar la sorpresa, justo en la recta final.
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